Graduado en Psicología por la Universidad de Navarra.
Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Pontificia Comillas.
Máster en Psicoterapia Humanista Experiencial y Terapia Focalizada en la Emoción por la Universidad Pontificia Comillas.
Curso de Técnicas Gestálticas aplicadas a la Infancia y Adolescencia por UmayQuipa.
Curso online de Masterpieces of World Literature por la Universidad de Harvard.
Acerca de mí
Soy psicólogo por profesión, y persona por vocación. Me encanta mi trabajo y me siento muy realizado, y aun así esta segunda faceta es la más importante. Soy una persona como todas las demás, con mis ilusiones y mis dificultades.
Uno de mis valores más importantes es la autenticidad, el mostrarme tal y como soy, sin máscaras, para poder relacionarme con todos desde un ser real, sin esconder mis necesidades o vulnerabilidades. Pero valorarlo tanto no significa que no me cueste, de hecho si le doy tanta importancia es porque me supone un esfuerzo y requiere que renueve mi compromiso de ser yo mismo a diario. Y gracias a ello tengo una vida muy plena, que también incluye sufrimiento y dolor a la par que alegrías, pero todo vivido desde dentro, en primera persona. A llegar a esta forma de vivir me ha ayudado mucho hacer mi terapia personal, además de otros regalos que he recibido en mi vida, como el compartir el viaje con amigos, estudiar filosofía, practicar espiritualidad y el contacto con la naturaleza.
Me gusta exprimir la vida con todo lo que se me pone por delante, disfruto con lo más sencillo: jugando, leyendo, comiendo, haciendo deporte, y sobre todo pasando tiempo con otros y teniendo buenas conversaciones.
Por todo esto, un sentimiento que me ha acompañado siempre y que deseo seguir fomentando es el agradecimiento. Me siento infinitamente agradecido por todas las personas que me han acompañado a lo largo de mi vida y me han dado tanto, familia, amigos, compañeros, profesores, pacientes también, y tanta gente con la que me he encontrado en esta vida. He recibido mucho, y por eso quiero dar mucho. Es de ahí de donde parte mi vocación de terapeuta.
Mi comprensión del proceso terapéutico
Para mí ir a terapia es un regalo. Es una oportunidad para sanar las heridas del pasado, para conocerse, para decidir cambios, para ponerlos en práctica, para aprender una nueva forma de mirar la vida, de pensar, de relacionarse con los propios sentimientos, es un camino de crecimiento que implica a toda la persona. Por eso lo veo como un regalo, porque a pesar de que lo que nos mueve a acudir a terapia sea lo oscuro y doloroso de nuestra vida, y por lo tanto de primeras no sea algo divertido, cuando lo enfrentamos con valor, y sobre todo, con una mano amiga que nos sostiene, eso se transforma y aporta una luz y una paz antes desconocidas para nosotros.
Veo la terapia como un camino que se recorre acompañado y al ritmo de cada uno, en el que se mira y se trabaja lo que nos causa sufrimiento para darle un nuevo significado. En terapia aprendemos a ser más auténticos, más nosotros mismos; aprendemos a ser más humanos y a vivir con el corazón más abierto; abierto para los demás, abierto para el futuro, y también abierto al pasado que nos ha traído donde estamos, y nos ha hecho quienes somos. A menudo aceptar algunas partes de nuestra historia es algo muy difícil, pero es toda ella en su conjunto la que nos ha hecho ser como somos. En terapia también descubrimos el agradecimiento a esa vida, y no solo nos fijamos en lo negativo, sino también en todas las oportunidades, recursos y fortalezas que tenemos. La alegría también es parte del proceso, y se puede llegar a reír mucho en una sesión de terapia.
La seguridad, la confianza, la curiosidad, la aceptación y el no juicio, la esperanza, la empatía y la autenticidad son elementos básicos que se dan en terapia y nos ayudan a transformarnos.