Hoy en día cada vez vamos siendo más conscientes de la relación directa que tienen nuestras emociones con nuestro cuerpo. Lo que antes se veía como dos cosas diferentes cada vez va resaltando una mayor relación, fomentando así cada vez más el cuidado del mundo emocional y del físico por igual.
Cuando hablamos de trastorno de somatización hacemos referencia a aquella situación en la que un problema emocional se manifiesta en el cuerpo.
Cuando una persona mantiene de manera prolongada niveles elevados de estrés, tiene dificultad para expresar sus emociones y dificultades para trabajar con las mismas en ocasiones el cuerpo comienza a hablar a través de síntomas físicos. El dolor de cabeza, el dolor de espalda y articulaciones, la fatiga, los problemas digestivos y los problemas dermatológicos son los tipos de somatización más frecuentes.
El trastorno de somatización o trastorno psicosomático se caracteriza porque el paciente presenta síntomas continuados que le generan malestar y a su vez tiene pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la gravedad de sus síntomas. En la mayoría de las ocasiones acuden numerosamente al médico y a los centros de atención primaria desde donde no consiguen encontrar explicación para los dolores.
El dolor es real aunque no tenga una causa aparentemente médica.
Para el tratamiento del trastorno de somatización lo principal es que el paciente pueda sentir un espacio seguro en el que poder transmitir su problema y donde este sea escuchado y acogido por el psicólogo.
Será importante que primero se hayan descartado todas las causas médicas posibles, una vez descartadas estas el paciente trabajará junto a su psicólogo hacia la toma de conciencia de la causa emocional que puede estar provocando los síntomas.
Será por tanto importante en el tratamiento que se identifique la causa psicológica, el dolor emocional del que el cuerpo está intentando advertir a través de los síntomas.
A su vez será importante un proceso de psicoeducación en la cual el terapeuta pueda ayudar al paciente a tomar conciencia de la relación directa entre su cuerpo y su mente y así comenzar a reducir su preocupación sobre los síntomas. Otro de los objetivos de la psicoeducación y de que la persona vaya comprendiendo lo que le esta pasando es que deje de evitar actividades que no realiza por las sensaciones físicas pero que realmente no están contraindicadas.
A través de la terapia se ayudará al paciente a trabajar sobre aquellas situaciones de estrés o de ansiedad, y sobre el dolor emocional que se presente facilitando herramientas para el manejo de estos.
Como decíamos anteriormente en muchas ocasiones el cuerpo manifiesta lo que no estamos expresando, por lo que será importante que el paciente adquiera estrategias a través de las cuales poder expresar sus sentimientos de manera adaptativa.
En la terapia se facilitará a su vez ejercicios de relajación que faciliten en el control de la ansiedad y del estrés.
Es decir, se buscará sanar la parte emocional y se proporcionarán estrategias para un mejor manejo de la misma para así reducir los síntomas físicos y acompañar al paciente a que pueda volver a la normalidad tanto en casa como en el trabajo o en las relaciones sociales.