Un día te enamoras. Puedes verlo venir o puede suceder de repente, sin previo aviso. Sientes ese cosquilleo que te hace flotar y te descubres sonriendo la mayor parte del día. Los pensamientos te llevan hacia esa persona especial constantemente y el momento en el que decidís empezar a construir algo juntos es la cima de la felicidad.
Cuando una pareja nace todo es maravilloso y no sospechas que es una relación tóxica. Es el presente y el futuro en estado puro. Y con un poco de suerte puedes dejar atrás todos tus problemas pasados, sean cuales sean, y centrarte en construir la relación más sólida, divertida, apasionada y comprometida que pueda existir. Sueñas con una familia perfecta y todo es armonía. Hasta que algo… chirría. Y aunque las cosas no terminen de ser ideales… bueno, crees que en fin, tampoco es para tanto. Estás enamorado, ¿no?
Al principio te dices que no pasa nada por dejar de hablar con cierto amigo o amiga un tiempo porque tu pareja está celosa, y como crees que es una petición justa porque la pareja está por encima de la amistad, aceptas. Además, tampoco erais tan amigos… Otro día, en una fiesta, tu pareja reacciona de una manera resentida, casi dirías agresiva, por algo que aparentemente no tiene importancia. Te sorprende, porque siempre ha sido una persona tan maravillosa que algo muy gordo le ha tenido que pasar -o has tenido que hacer o decir sin darte cuenta- para que haya saltado de esa manera.
Después de la fiesta acabáis teniendo una buena bronca y al final, todavía aturdido porque no entiendes qué demonios pasa, decides pedirle perdón por lo que sea porque no soportas más cómo te mira y cómo te trata desde el incidente. Aunque sigas sin saber qué hiciste mal. Empiezas a ver que todo está bien o mal a sus ojos, sin grises, y te paras a pensar mucho cada decisión que tomas, no vaya a ser que esté en contra de su opinión. Y empiezas a sentirte culpable por cosas que nunca habías considerado que podían llegar a hacerse sentir de esa manera, lo que es otro síntoma más de que estás en una relación tóxica.
Cómo reconocer una relación tóxica
Cuando te sientes tan mal que sólo quieres llorar, descubres la soledad a la que has llegado sin saber muy bien cómo. Y entonces empiezas a recordar los comentarios críticos que tu pareja hacía sobre tus amigos disfrazándolos de bromas. En tu habitación, a solas, no paras de mirar el móvil en espera de un mensaje que nunca llega, y cuando escribes tú mensajes de Whatsapp o de e-mail en plena desesperación -porque le echas de menos, por favor, cuánto le echas de menos-, recibes más silencio por respuesta. Te arrastras, y ya ni sabes por qué estabais enfadados. Y siempre llega una pequeña pausa, una meseta en la que ves un espejismo de aquellos primeros días mágicos en los que las promesas y los sueños os llenaban de ilusión. Promesas falsas que sólo han servido para hacerte sentir tan atado, tan pequeño, tan insignificante…
Si el silencio dura más tiempo, te pones a pensar en lo negra que es tu vida, y buscas una vía de escape. Entonces te sorprendes porque hace tiempo que no haces lo que más te gustaba porque a tu pareja no le hacía ninguna ilusión, y con un poco de suerte descubrirás también sus mentiras, y verás que tus lágrimas no afectaron lo más mínimo a sus sentimientos cuando peor estabas, y mirarás, desconcertado, su doble vara de medir. Esta en la que tú siempre estás por debajo y nunca tienes la razón.
Pero estás enamorado… Y tu vida está patas arriba sin saber cómo. ¿Qué es lo que os ha pasado? ¿Por qué lo has hecho tan terriblemente mal? Para, para aquí.
Acabas de leer el punto de vista de una víctima de maltrato psicológico. Una historia resumida, con muchas lagunas que puedes rellenar como quieras. Si te has visto identificado en ella, si crees que puedes estar dentro de una relación tóxica… por favor, no te quedes ahí sin hacer nada. Pide ayuda. En el Centro Lagasca, en el barrio del Retiro, hemos ayudado a más gente como tú. Puedes volver a sonreír. Puedes volver a enamorarte -de alguien mucho mejor, desde luego-. Y lo más importante: puedes volver a vivir. Conoce también nuestra terapia de pareja online, como ayuda a tus problemas-