Dentro de una relación de pareja es necesario que exista autonomía de cada uno de los miembros porque cuando no hay equilibrio o se pierde llega la inestabilidad y la destrucción de la parte dependiente, que se somete al otro y lo idealiza. Esta situación conlleva para la persona sometida la pérdida de autoestima y el empeoramiento de su salud física y mental.
El problema es que pese a la angustia que atenaza a las personas dependientes al final se sienten incapaces de dejar la relación porque creen que de esta manera estarán mucho peor. Les da pánico la soledad y sobre todo la ruptura, porque la idealización del otro les hace sentir inferiores hasta el punto de creer que no van a volver a encontrar a nadie que les quiera nunca más.
Si en alguna ocasión logran abandonar la relación -o les dejan- van a sufrir el llamado síndrome de abstinencia y van a desear retomar la relación, por muy dolorosa que haya sido, pues la necesidad de afecto es tan excesiva como su falta de seguridad.
Fases de la dependencia emocional
Suelen sufrir ansiedad y depresión transitorias, de manera que cuando regresan a la relación que ha causado estos sentimientos o empiezan una relación nueva, tanto la ansiedad como la depresión parecen desaparecer.
Estas personas se autoengañan con frecuencia y niegan sistemáticamente cualquier consejo o información que les llegue del entorno acerca de la relación que tienen tan idealizada.
Si no consiguen salir de la relación, la toxicidad va creciendo al mismo tiempo que la inseguridad, y al dependiente le cuesta cada vez más escapar de su situación. Además, a medida que la relación avanza, el dependiente necesita saber cada vez con más frecuencia y más intensidad que es amado por su pareja. Si no, enseguida caen en pensamientos depresivos que les hunden y les provocan verdaderas crisis de ansiedad y de identidad.
Los psicólogos del centro Lagasca, en el barrio de El Retiro, sabemos que lo primero que hace falta es reconocer la existencia del problema: ¿te sientes de esta manera? ¿Te sientes identificado con esta situación? ¿Crees que no podrías vivir sin la persona con la que mantienes una relación?
Si eres una persona excesivamente preocupada por lo que piensan de ti, hasta el punto de sentirte feliz o infeliz según si caes mal o bien a alguien, si evitas normalmente llevarle la contraria a alguien porque odias los enfrentamientos y odias molestar a los demás o ser rechazado por ellos, si antepones siempre los deseos de los demás a los tiros, si solamente te aceptas a ti mismo cuando te aceptan los demás, si a menudo tienes miedo de perder a quienes tienes a tu lado, si te sientes culpable cuando alguien sufre y sacrificas tu felicidad por el otro, y sobre todo, si prefieres sufrir tú antes de que lo haga la persona con la que estás… tienes muchos puntos para caer en una relación de dependencia emocional.
Los psicólogos del centro Lagasca podemos ayudarte a reforzar tu autoestima para eliminar esa dependencia emocional, podemos trabajar contigo para que consigas aceptarte y quererte por encima de la opinión de los demás, y podemos hacer que te des cuenta de lo más importante: una relación es algo maravilloso, pero si se vive en equilibrio y ninguno de los miembros de la misma depende del otro. Si no hay equidad no hay verdadero amor.
Cuando uno mismo es capaz de amarse por encima de cualquier otra cosa y no necesita de la opinión de los demás para sentirse aceptado y bien es cuando más preparado está para querer a otros de una manera sana. Para ello muchas veces hay que pasar por un periodo de soledad -que al dependiente da tanto miedo- que es muy necesario para que la persona afectada pueda aprender a darse cuenta de que en realidad sola puede bastarse también, que no necesita de nadie para vivir, y que sin la otra persona acabará por volver a reír, por disfrutar y por librarse de esa eterna ansiedad que parece que no va a desaparecer nunca.
Contacta con nosotros en Lagasca, en el Retiro. Nuestro equipo de psicólogos puede enseñarte a ser feliz sin pareja -y con ella, pero de otra manera- y a descubrirte a ti mismo de nuevo: tienes mucho que ofrecer y mucho que ganar. En Lagasca nos ocupamos, justo, de este tipo de problemas, con nuestra terapia de pareja online.