No saber enfrentarnos a situaciones complicadas es uno de los miedos más comunes a los que nos enfrentamos la mayoría. No saber reaccionar bien ante una mala noticia. No saber cómo actuar antes una noticia grave como puede ser la enfermedad crónica o degenerativa propia o de una persona de nuestro círculo más íntimo.
Cuando cualquier decisión nos suponga un reto al que nos sentimos incapaces de dar respuesta, la ayuda de un psicólogo puede orientarnos a elegir uno de los caminos. A reaccionar y a ponernos en movimiento.
Las enfermedades crónicas son, por lo general, de larga duración y por lo general de progresión lenta. El miedo a lo que no conocemos, la frustración y la tristeza, la depresión o la desesperación, son algunas de las formas en la que estas situaciones nos sitúan, y ante las que debemos reaccionar.
Qué son las enfermedades crónicas
Las enfermedades crónicas degenerativas son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. A medida que la edad media de la población se incrementa y aumenta la esperanza de vida individual, estas enfermedades, que se encuentran más frecuentemente en las personas mayores, son más comunes. Pero no siempre estamos preparados para aceptar una enfermedad propia, o de aquellos que nos rodean. Y, mucho menos, cuando esto ocurre a personas a las que, por edad, no debería suceder.
Las enfermedades crónicas degenerativas son enfermedades para toda la vida en las que los tejidos y órganos del cuerpo se deterioran con el tiempo. Este deterioro dificulta la capacidad para desempeñar las tareas que normalmente hacen, lo que provoca un mal funcionamiento o, en algunos tipos de enfermedades, dejan de funcionar en absoluto. Saber cómo enfrentarnos cuando esto nos ocurre a nosotros o cualquier persona de nuestro entorno es un proceso al que debemos aprender, por lo que no debemos tener miedo a preguntar lo que no sepamos, a consultar nuestras dudas, a combatir nuestros temores.
Este tipo de enfermedades engloba una amplia variedad. Algunas como la enfermedad de Alzheimer, provoca una pérdida de neuronas en el cerebro que termina con la pérdida de memoria, nos suscitan unas dudas que nada tienen que ver con las que nos encontramos con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La gran variedad hace que sea difícil encontrar características similares entre ellas y, sin embargo, todas nos harán ponernos en una situación para la que no nos habíamos preparado y, para la que, con toda seguridad, vamos a necesitar ayuda no solo médica (para paliar los efectos de la enfermedad) sino también psicológica, para tratar de soportar y convivir con ella de la mejor forma posible.
Las enfermedades crónicas degenerativas tienen un fuerte impacto en las vidas de aquellos a quienes afectan directa e indirectamente. La calidad de vida disminuye en gran medida con todo tipo de enfermedad crónica, pero algunas pueden ser mucho más devastadores que las demás. Las hay que atacan el cuerpo y pueden hacer que los huesos se rompan, o que las articulaciones se pongan rígidas. Existen otras que atacan la mente, y pueden causar una pérdida de memoria tan grave que dejan a la persona tan afectada que no puede cuidar de sí misma.
Contar con el apoyo necesario, la persona que la sufre y su entorno, es un trabajo necesario y fundamental. Estas enfermedades no tienen cura, pero si un gran número de medicamentos para reducir sus efectos.
No debemos dar por hecho que, ante una enfermedad grave que no tiene cura, no podemos hacer nada para tratar de paliar los efectos que esta produce en la psiquis de las personas. Debemos aprender a enfrentarnos. Conocernos y entender la situación es un trabajo en el que un psicólogo nos ayudará. Otra parte importante de las enfermedades crónicas es también, conseguir no caer en adicciones a ciertos fármacos o sustancias. Para ello, Lagasca cuenta con psicólogos especialistas en adicciones,que te podrán ayudar también con esto.
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